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domingo, 27 de octubre de 2013

Era se una vez.....














 "Sueños de Africa"

 La niñera Lugton dormía. Había lanzado un gran ronquido. Había dejado caer la cabeza; se había puesto las gafas en la frente; y estaba allí sentada junto al fuego; y su aguja enhebrada con hilo de algodón colgaba hacia abajo; y roncaba, roncaba; y en sus rodillas cubriendo por completo su mandil, había un corte de tela azul con figuritas.
Los animales que cubrían la tela no se movieron hasta que la niñera Lugton no roncó por quinta vez. Una, dos, tres, cuatro, cinco....ah!, la anciana se había dormido por fin. El antílope saludó a la cebra con una inclinación de cabeza, la jirafa mordió la hoja en la copa del árbol; todos los animales comenzaron a revolverse y a patear. Pues el dibujo de la tela azul estaba formado por rebaños de animales salvajes y mas allá había un lago y un puente y un poblado de techos redondos y hombres y mujeres asomados a las ventanas y cabalgando sobre el puente a lomos de un caballo. Pero cuando la vieja niñera roncó por quinta vez, la tela azul se convirtió en aire azul; los árboles se cimbrearon; se oía romper el agua del lago; se veía a la gente cruzar el puente y saludar con la mano desde las ventanas. En el centro del poblado una mujer machacaba raíces de mandioca en un mortero de madera; junto a una de las chozas, unos ancianos jugaban una partida de enkeshuí; mientras otro, de encrespado pelo blanco, contaba un cuento a un grupo de niños que le escuchaban embelesados. "En el comienzo, Dios creó a los masai y luego creó a los animales...." Un niño de no mas de seis años, salió corriendo del interior de una de las chozas, dirigiéndose hacia el lago, donde otros dos chiquillos nadaban cerca de la orilla; Ntavi les propuso subir a la copa del árbol; a Muumbi y a Gikuyu, les pareció una idea fantástica. La niñera Lugton roncó por sexta vez; y los árboles volvieron a cimbrearse. Empezaron a subir, y la niña fue la primera en asomar la cabeza por entre las ramas mas altas. Cuando  los dos compañeros de juegos llegaron junto a Muumbi, quedaron tan sorprendidos como su amiguita; se miraron entre ellos, incrédulos por lo que estaban viendo.. Los ancianos del poblado les había contado muchas historias acerca de Ngai; y de lo que había mas allá del cielo; historias que siempre habían escuchado con atención, y por eso sabían  que ni aquello era el cielo, ni aquella mujer podía ser Ngai. Volvieron a mirarse y Gikuyu con el valor de un futuro moran, se deslizó por la rama en la que estaba sentado, cayendo a los pies de la niñera; Ntavi, que también sería un valiente guerreo, saltó; los dos se volvieron para mirar a la niña, y vieron que el árbol por el que habían trepado, era en realidad las paredes de la habitación. Muumbi dudó, nadie esperaba que una cría fuese valiente; pero era curiosa...y saltó.
La niñera Lugton roncó por séptima vez; y las gafas que tenía en la frente cayeron sobre la punta de su nariz. Muumbi, que ya no sentía ningún temor y se había acercado a la anciana, dio un respingo, al tiempo que encogía los hombros y se tapaba la boca en un intento de contener la risa que le subía por la garganta. Gikuyu, que había dado la vuelta alrededor de la mujer, dijo:
  -Mirad tiene cara de luna.
  -Claro, ahora lo comprendo todo- dijo Ntavi con la cara radiante- ella debe ser Luna la esposa de Ngai.
  -Luna ....-murmuró Muumbi
  - Si y está dormida,- siguió diciendo Ntavi mientras se acercaba a la cara de la anciana- por eso no pudimos vela anoche.
Muumbi que estaba mirando la tela azul con figuritas exclamó:
  -¡Eh! fijaros, parece nuestro poblado .
Los chiquillos miraron y vieron lo que la niña veía; y vieron a la jirafa morder la hoja en la copa del árbol; y al antílope saludar a la cebra con una inclinación de cabeza .La niñera Lugton roncó por octava vez; y la aguja enhebrada con hilo de algodón cayó al suelo y Gikuyu la cogió; y la guardó en el saquito que llevaba colgado al cuello, y se sintió feliz por el tesoro conseguido; a cambio, dejó sobre la tela un plumón de avestruz que su padre le había regalado. La niñera Lugton se revolvió en la silla y su dedal cayó al suelo; Muumbi se apresuró a recogerlo y también lo guardó en su saquito; dejando sobre la tela uno de sus collares de cuentas. Pero cuando la niñera roncó por novena vez, comprendieron que había llegado el momento de volver al árbol; Gikuyu y Muumbi se encaramaron a una rama. Entonces Ntavi , cogió de su saquito la concha mas hermosa y la dejó sobré la tela; él no se llevaba ningún nuevo amuleto, su tesoro sería el recuerdo de aquellos momentos; y sabía que cuando su pelo se volviera blanco, podría contar una bella historia a los niños del poblado; y todos le reconsiderarían un hombre sabio y afortunado que una vez vio a Luna, la esposa de Ngai.Y el chiquillo subió a una de las ramas; y se volvió, para mirar por última vez todo lo que allí dejaba. En un momento se reunió con los otros dos chicos; y la niñera Lugton roncó por décima vez; entonces los animales dejaron de revolverse y patear; y los árboles dejaron de cimbrearse; y el aire azul se convirtió en tela azul.
Cuando loa niñera abrió los ojos, estaba oscureciendo; y sonrió al recordar el sueño que había tenido. Pero cuando quiso dejar la tela azul sobre la mesa, vio algo que la maravilló:
un plumón de avestruz, un collar de cuentas y la mas hermosa de las conchas, descansaban sobre ella.

Las primeras lineas de este "Sueños de África" pertenecen al cuento de Virginia Wolf  "La cortina de la niñera Lugton"....el resto es fruto del atrevimiento y de un ejercicio en un taller de escritura al que asistí hace ya algún tiempo y al que le tengo un cariño especial.

Con estos  "sueños" quiero agradeceros todas las muestra de cariño y preocupación que tanto en publico como por privado me habéis hecho llegar....¡¡GRACIAS!!

Mi desaparición bloguera solo se ha debido al cansancio físico y a la falta de tiempo, (lo segundo peor que lo primero) espero que tanto lo uno como lo otro me den una tregua y así poder disfrutar de nuevo de vuestros blogs y de vuestra compañía.....

Mil besos y abrazos....y un millón de gracias por "obligarme" a volver.